En la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, preguntó al presidente por los "deberes" que la Comisión Europea impondrá a España a cambio de la flexibilidad para alcanzar el objetivo de déficit.
Rajoy aseguró que peticiones "como tal no hay" por parte de la Comisión, en el informe enviado al Parlamento Europeo, al Consejo y al Eurogrupo, en el que subrayan la necesidad de continuar las reformas "sin hacer referencia a ningún tipo de medida concreta".
Rubalcaba subrayó las reflexiones de varios ministros sobre la posibilidad de abaratar más el despido o subir impuestos, y alertó de que el PSOE rechazará cualquier "vuelta de tuerca a la nefasta" reforma laboral o a una modificación de las pensiones que no cuente con el mismo acuerdo que el sistema actual.
Cree que el Fondo Monetario Internacional ha echado "un jarro de agua helada" a unas previsiones que ya estaban "frías" por las correcciones de la Comisión.
"Todo apunta" a que la legislatura acabará con más desempleo y menos derechos sociales y el FMI, en su opinión, reclama un cambio para evitar lo que se empieza a vislumbrar como "una tragedia" en Europa.
A la vista del criterio de premios nobel, del FMI, del Gobierno de Estados Unidos o de la socialdemocracia europea, Rubalcaba se preguntó "cuántos diagnósticos más hacen falta" para que Rajoy y la canciller alemana, Angela Merkel, "se den cuenta de que la medicina que le están dando al enfermo le está matando".
Rajoy respondió que la medicina que "mató" a la economía española fue la aplicada por los socialistas, por lo que ahora es necesario aplicar otra diferente. Por ello, el día 26 se aprobará el Plan Nacional de Reformas, que no quiso detallar pero que buscará garantizar "una fiscalidad favorable al emprendimiento", reformar la administración pública, asegurar la sostenibilidad de las pensiones, y materializar las reformas energética, de telecomunicaciones y del transporte, todo ello para "dar la vuelta" a esas previsiones.
