La recesión del euro: Francia, Alemania y el papel del BCE

El estancamiento de la eurozona en la recesión comienza a ser cada vez más crónico. Al lastre que suponen los países periféricos para el potencial de los países que comparten la moneda única, se le une la debilidad que comienzan a demostrar tres países: Francia, Alemania y Holanda.

FRANCIA

La incertidumbre que vuela sobre París no es ninguna novedad. La economía gala lleva tiempo recorriendo el filo de la recesión económica, sin embargo, las dudas se han agudizado en torno a tres puntos: la política impositiva del Gobierno Hollande, la falta de consolidación fiscal (Francia cerró 2012 con un déficit del 5%), y una ausencia de reformas estructurales, que según Bruselas, necesita la economía francesa para dejar de lado sus deficiencias macro.

El PIB francés se contrajo en el primer trimestre un 0,2%, con respecto a los primeros meses del año de 2012. Los primeros datos de 2013 confirman que la economía del país se está instalando en una tendencia negativa, ya que en el último tramo del año pasado, Francia cayó un 0,3%.

Con una tasa de paro por encima de la media de la zona euro, Francia mantiene a un 11% de su población en situación de desempleo.

ALEMANIA

Alemania se ha salvado por muy poco de la recesión económica, al menos, hasta el mes de marzo. Aun así, su economía crece menos de los esperado (+0,1%).

El problema que tiene por delante la economía germana reside en la tendencia negativa que está empezando observarse en sus índices de confianza, lo que está provocando una caída de sus exportaciones, a pesar de que los países emergentes siguen demandando con la misma intensidad productos alemanes.

A todo esto, se añaden las sospechas que está despertando Alemania ante su férrea oposición a la unión bancaria. Cada vez son más la voces que acusan a la canciller, Ángela Merkel, de no querer la puesta en marcha del supervisor único para ocultar las posibles deficiencias de parte de las entidades financieras alemanas.

HOLANDA

Francia no es la única nación de la zona euro que comienza a coquetear con la recesión económica. El PIB holandés empieza a contar con una tendencia negativa del -0,2%, en el primer tramo del año. La caída de la economía del país se debe, en este caso, a la caída de la inversión y al bajo consumo de los hogares.

Un retroceso que no consigue contrarrestar el buen comportamiento de las exportaciones holandesas, despuntando por encima del 3%.

La economía holandesa posee además ciertas deficiencias macro, entre ellas un déficit (a cierre de 2012) del 4%.

EL PAPEL DEL BCE SERÁ DETERMINANTE

Con estos datos sobre la mesa y con un consumado estancamiento en la economía de la zona del Euro, el futuro pasa por la actuación del Banco Central Europeo.

La institución monetaria rebajó los tipos de interés a su nivel más bajo (0,25%), aún así el efecto de esta medida podría ser limitado y las economía europeas pronto necesitarán algo más de Mario Draghi.

El italiano podría estar pensado en dar un paso más frente a la crisis, en concreto, destinado al crédito a las pymes. Medidas como la reducción del tipo de la facilidad de depósito a nivel negativo o apoyar de forma más determinante a instituciones europeas que apuesten por dar crédito a las empresas europeas.