El ruedo ibérico

Oportunísticamente, coincidiendo con la publicación del barómetro de mayo, Francisco González y José Ignacio Wert han presentado libro “Valores y Ética para el Siglo XXI”, que reflexiona sobre el grotesco tema de la crisis de los valores, quizás augurando un incremento de los incendios forestales inducidos las conclusiones del C.I.S.

La querencia de los españoles por los bomberos es de alguna manera enternecedora, si tenemos en cuenta que la confianza es un eje existencial de la vida del ser humano y que tiene su origen en el aprendizaje de lo que es, el espacio, el tiempo y la identidad, que se produce en la infancia, de forma emocional , de la mano de los padres y seres mas cercanos.

Menos enternecedor es , que la misma abrumadora mayoría de españoles que parece admirar a los bomberos , no deposite ninguna confianza sobre otras profesiones públicas cuyos requisitos de acceso son estudios universitarios y unos duros exámenes de oposición. Aunque en otros países como Reino Unido , las profesiones ligadas al cuidado de las personas
también son muy bien valoradas (en su caso las Enfermeras), en general los países de la O.C.D.E. valoran mucho más alto que los españoles aquellas profesiones, que requieren esfuerzo, preparación y competencia, que son las bases de una sociedad meritocrática.

La confianza también cumple otro papel vital en el ser humano, que es reducir la complejidad. Esta segunda función de la confianza tiene especial importancia cuando vamos a actuar. En este caso, antes de tomar una decisión la confianza funciona esencialmente como un mecanismo que simplifica y estereotipa la realidad. Es, en esta acepción del término, como Ángela Merkel la emplea con España .

La utilización de la confianza (o de la falta de confianza) para tomar decisiones , produce una gran seguridad en el individuo e implica también un gran desinterés por conocer el fondo del asunto, sobre el que se toman las decisiones. Así funciona el cerebro de Ángela Merkel y el de todos nosotros.

Los españoles confían en los bomberos y los alemanes desconfían del conjunto de los españoles , aunque ambos pueblos tienen oscuros episodios en su historia de decisiones desgraciadas, por el uso abusivo de la confianza para simplificar lo complejo y para no conocer, deliberadamente, la verdad.

El premio nobel de economía 2002 Daniel Kahneman , dirigió una investigación en EEUU que determino que la felicidad no depende tanto del nivel de ingresos sino de las personas con las que nos relacionamos. Lo que más sorprendió al equipo de investigadores de la Universidad de Princeton fue el orden de los factores determinantes de la felicidad: 1 Los amigos, 2 Los parientes, 3La pareja, 4Los hijos y 5 Los clientes.

Manuel Butler, director general de Turespaña afirma en unas recientes declaraciones , que del análisis de las encuestas de satisfacción realizados a nuestros turistas, el principal valor que nos adjudican a España los viajeros es la felicidad.

Hay una evidente continuidad teórica entre los hallazgos de Kahneman y su equipo de la la Universidad de Princeton y las constataciones del director de Turespaña; si el principal determinante de la felicidad individual son los amigos, y si España es para nuestros turistas un lugar donde se adquiere felicidad, pudiera ser ,que mas que el sol y la playa, el verdadero punto fuerte del Ruedo Ibérico sea su amigabilidad.

Tal vez Francisco González y José Ignacio Wert , autoimponiéndose algo de creatividad en su tiempo de asueto, y desconfiando del barómetro de mayo del Centro de Investigaciones Sociológicas, nos deberían presentar un libro que nos ayude a reflexionar sobre lo muchísimo que nos parecemos los españoles a Ángela Merkel, especialmente en el uso (o mal uso) de el recurso por excelencia de los perezosos: la confianza.