“El sector público en nuestro país necesita un ajuste impresionante”

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha anunciado este viernes en rueda de prensa que la subida del IVA, adelantada el pasado miércoles, entrará en vigor a partir del 1 de septiembre. En concreto, el tipo general subirá tres puntos, del 18 al 21%, y el reducido se incrementará del 8 al 10%. No obstante, el tipo super reducido, que se aplica a productos de necesidad básicos, se mantiene sin cambios en el 4%. Ésta es una de las medidas más destacadas del nuevo plan de ajuste del Gobierno, con el que pretende ahorrarse unos 65.000 millones de euros en los próximos dos años y medio.

Luis Aramburu, experto en banca privada, considera que estas medidas eran necesarias, ya que ese era el mandato de la Unión Europea. Sin embargo, Aramburu cree que se va a quedar corta, al menos en lo que se refiere a los cambios en la administración del Estado, y lo argumenta aportando un dato significativo. “En todo este período de crisis, el sector privado ha hecho un enorme ajuste de casi 3 millones de puestos de trabajo, mientras el público ha creado unos 300.000”, comenta. Más allá de eso, Aramburu subraya que la mayor incertidumbre que existe ahora mismo es si se va a poder meter en vereda a las comunidades autónomas y si éstas van a ser capaces, por tanto, de cumplir las exigencias marcadas.

Finalmente no habrá “hispabonos”

El Gobierno había estado en las últimas semanas sopesando la emisión de unos títulos de deuda respaldados por el Estado, los llamados hispabonos, para inyectar liquidez a las comunidades. Finalmente, el Ejecutivo ha optado por "un fondo sin personalidad jurídica" que será financiado por el Tesoro Público. Aramburu entiende que España no ha podido emitir los hispabonos de la misma manera que Alemania se ha venido oponiendo a la creación de los llamados eurobonos a nivel continental. “El problema que tiene nuestro país con las comunidades autónomas es el mismo que existe en Europa con España y los demás periféricos. Alemania no quiere lanzar los eurobonos hasta que no haya una disciplina fiscal en toda Europa, y España no puede emitir los hispabonos hasta que no haya una voluntad total en las comunidades de poner sus cuentas en orden.