¿Y si Grecia sale del euro?

Lo cierto es que las consecuencias no sólo destruirían por completo todo el sistema económico heleno, sino que el seísmo atravesaría fronteras, y podría provocar un cambio drástico en el sistema financiero, tal y como lo conocemos.

Vuelta al dracma.

Una reacción en cadena que comenzaría lógicamente por la vuelta a la antigua moneda, el dracma, que debido a la simplicidad de la situación se cambiaría con el euro a 1 por 1.
Sin embargo, la moneda griega no tardaría mucho en depreciarse rápidamente, incluso hasta un 40%, según adelantan los expertos de Citi.

Efecto dominó, la primera ficha el sistema financiero.

Como si se tratara de un dominó, la siguiente pieza en caer sería el sistema financiero heleno y por lo tanto el empresarial, debido a que una depreciación tan abultada, abriría la veda de una huída total y absoluta de los bancos del país, es decir, se acabaría la financiación no sólo para la empresa privada, sino también a la pública, un hecho que partiría por dos todo el sistema productivo del país.
¿El resultado? Una colapso financiero, y una recesión aún más profunda de la que vive el país.

Pánico en los mercados.

Sin embargo, no sólo Grecia pagaría las consecuencias de su salida del euro, el pánico se apoderaría de los mercados, lo que podría provocar que la desconfianza se extendiese hacia los siguientes de la lista negra – ahora Italia y España, y su inestable y volátil prima de riesgo – dado que lo que nadie imaginaba que iba a suceder – la salida de un país miembro de la zona del euro – finalmente acabe sucediendo.

Lo cierto es que una decisión tan tajante como la expulsión de uno de los estados miembro del club de la moneda única, demostraría a muchos de los gobiernos que conforman la Unión Europea, que plantar cara – como ha hecho el primer ministro griego Yorgos Papandreu anunciando el referéndum para aprobar o rechazar el plan de ayudas – a las decisiones desde Bruselas tiene muy duras consecuencias.