“Sorprende que los líderes europeos hayan tardado tanto en fomentar el crecimiento”

No ha sido Van Rompuy el único alto cargo europeo que se ha pronunciado a este respecto. Desde Italia, su jefe de Gobierno, Mario Monti, ha alertado de que todas las medidas de ajuste que se vienen adoptando en la Unión Europeo no podrán traer crecimiento por sí solas, por lo que se une también a esta corriente política que pide un mayor impulso a la actividad económica. Fernando Luque coincide con estas teorías, aunque se muestra sorprendido por lo tarde que llega este convencimiento a los líderes europeos. A su juicio, es “difícil” que la austeridad tenga efecto sin un crecimiento económico. “Es de primer curso de economía. Cuando no se crece, hay que hacer algo para tratar de recuperar el crecimiento”, explica Luque.

Uno de los puntos clave en este aparente cambio de rumbo que puede vivir la Unión Europea está en Alemania. Fernando Luque destaca que la canciller Angela Merkel, en sus últimas declaraciones, parece esta mostrando una postura más flexible. A través de un juego de palabras, el editor en España de Morningstar achaca este viraje al efecto “Hollande”, por un lado, y “Holanda”, por otro. El líder socialista francés, François Hollande, resultó vencedor el pasado domingo en la primera vuelta de las presidenciales galas con un discurso más proclive al crecimiento que a la austeridad. En Holanda, una de las naciones europeas que con más calma parecía atravesar esta crisis, el Gobierno de Mark Rutte presentaba el lunes su dimisión en pleno a la reina Beatriz ante la imposibilidad de lograr un acuerdo para sacar adelante su paquete de recortes para aliviar el déficit del país. Dos circunstancias que, según subraya Fernando Luque, son aspectos importantes para explicar esta renovada forma de pensar en Alemania y, por extensión, en la Unión Europea.

Pide una actuación más decidida del BCE en la crisis de deuda

Pese a apoyar el estímulo al crecimiento en la Eurozona, Fernando Luque sostiene que tampoco se puede obviar la necesidad que existe en muchos países europeos de llevar a cabo ajustes que pongan freno a los problemas de deuda. Respecto a España, Luque entiende que nuestro país no puede seguir financiándose en el largo plazo a unos tipos del 6 o el 7%. Para reducir estos elevados intereses, el experto se muestra convencido de que el BCE debe adoptar una postura más contundente. “La institución no puede comprar bonos italianos y españoles, para luego decir que con eso es suficiente. Hace falta una actitud más drástica para contener los intereses en niveles aceptables”, sentencia.