El Tesoro ha colocado 3.980 millones en la subasta a corto, casi el máximo previsto y la demanda ha superado los 9.000 millones de euros. En concreto, ha vendido 1.400 millones en letras a 3 meses a un interés del 1,2%, casi 3 décimas más que la última vez. En este caso, la oferta ha triplicado la demanda.

Mejor le han ido las cosas al papel a 6 meses. En este caso, la demanda ha duplicado la oferta y el organismo ha colocado 2.580 millones. En cuanto al interés, ha tenido que elevarlo desde el 2% hasta el 2,2%.

Pese al buen resultado, la subida de los tipos de interés muestra que el efecto Draghi comienza a diluirse. Un mes después de que el BCE se mostrase dispuesto a comprar deuda soberana, el Tesoro ya se ha visto obligado a pagar, de media, dos décimas más.