Primero lo positivo. El informe firmado por el BCE y por Bruselas confirma que se ha reforzado el marco de gobernanza, regulación y supervisión del sector bancario y que la reestructuración financiera se está llevando a cabo según el calendario previsto. A pesar de estas palmaditas en la espalda, advierten de que hay que seguir vigilando la calidad de los activos porque la situación económica todavía es "adversa”.
Al informe del BCE y de Bruselas se suma el texto del FMI. Más contundente, también avala todos los cambios que se han hecho pero califica el riesgo económico de “elevado”. Para reducir estos riesgo y empezar a crecer el Fondo apuestan por la unión bancaria europea y por mantener una política monetaria acomodaticia. Respecto a lo que se puede hacer desde casa, aconseja una vigilancia proactiva del sector financiero, acompañada de una "supervisión estricta".
Por lo que se refiere a la normas antideshaucios, la troika pide al Gobienro que vigile su aplicación muy de cerca para evitar un “efecto negativo” en el sistema financiero.