El grupo italiano ya había tomado el control en junio de 2011 de su aliado estadounidense, del que hasta ahora tenía más del 60% de participación. La semana pasada, Fiat dió a conocer sus resultados económicos de 2012 y, ha reconocido que sin Chrysler, el grupo habría sufrido pérdidas y que su matrimonio era "irreversible", según palabras del propio Marchionne.

En cuanto a la ubicación de la sede central del grupo ya fusionado, Marchionne ha declarado que dependerá de varios factores, pero que no será la actual de Turín. Tampoco se han dado pistas sobre si habrá un posible cambio de nombre de la entidad que surja de la fusión.

Por lo que respecta a los resultados económicos en 2012, el grupo Fiat cerró el pasado año con un beneficio neto de 1.411 millones de euros, lo que supone una reducción del 14,5% respecto a las ganancias registradas en 2011, según datos difundidos por la empresa, que aseguró haber cumplido o superado todos los objetivos establecidos para 2012.

Fiat logró eludir los números rojos gracias a la corporación estadounidense Chrysler. De hecho, al excluir Chrysler, marca que experimentó un "año excepcional", la cuenta de resultados del grupo italiano arroja unas pérdidas netas de 1.041 millones de euros.