La entidad que preside Isidro Fainé, y que ha completado en el tercer trimestre la fusión por absorción de Banca Cívica, ha cubierto ya el 78% de las exigencias del Ejecutivo para sanear el sistema financiero. Concretamente, ha dotado 8.374 millones de euros, de los que 4.524 corresponden a dotaciones y los 3.850 restantes a ajustes de valoración con cargo a fondos propios sobre la cartera de créditos y adjudicados de Bancia Cívica. Unas provisiones que han hecho que su beneficio caiga de manera abultada y se quede en los 173 millones de euros.

Por su parte, en los nueve primeros meses del año, la tasa de morosidad se ha situado en el 8,42% y el core capital de la entidad financiera en el 10,82%. Además, las provisiones para insolvencias de CaixaBank han aumentado hasta los 12.200 millones.