La Comisión Europea confirma que los inversores de los astilleros deberán devolver las ayudas recibidas desde 2007

En nota de prensa, Bruselas subraya que tras "una investigación pormenorizada" ha decidido que España deberá recuperar y devolver las bonificaciones concedidas desde el año 2007.

NUEVO RECHAZO DEL CONGRESO

Pocas horas antes de que la Comisión Europea tome una decisión, los grupos parlamentarios aparcaron sus diferencias para defender conjuntamente un sector "estratégico" del que dependen decenas de miles de empleos directos e indirectos, especialmente en las comunidades autónomas de Galicia, Asturias y País Vasco.

Tristana Moraleja, del PP, alertó de que el sector puede estar ante sus "últimos suspiros" si se confirma la decisión avanzada por el comisario español, Joaquín Almunia.

La socialista María Luisa Carcedo llamó expresamente a los comisarios a tener en cuenta la posición del Parlamento español en defensa de un sector "decisivo" para la economía española.

El portavoz del PNV, Pedro Azpiazu, subrayó el "gravísimo error, de consecuencias irreparables" que podría tomarse a instancias de un español.

En nombre de UpyD, Carlos Martínez Gorriarán pidió "un cambio de mentalidad" de los dos grandes partidos porque desde 2006 se sabía que el sistema de ayudas era "problemático" pero ambos decidieron dejar pasar los años y no tomarse en serio las leyes europeas "creyendo que el resto del mundo es como España".

Gaspar Llamazares, de IU, defendió también al sector naval pero aprovechó para referirse al "caso Bárcenas" y recordar al PP que el "Prestige" comenzó por una vía de agua pero su gestión convirtió un accidente "en una catástrofe".

Con ese precedente, pidió al PP que no aleje al presidente, Mariano Rajoy, de la verdad sobre ese caso, porque al hacerlo lo que hacen es acercarlo a su propia catástrofe.

La iniciativa se aprobó por asentimiento después de que los diputados tuvieran que votar a mano alzada las enmiendas de totalidad a la reforma educativa, ya que la sesión se celebró en el Senado debido a las obras en el Palacio del Congreso de los Diputados.

Dado que los senadores son menos que los diputados, no se podía utilizar el panel de voto electrónico y las votaciones deben ser a mano alzada.

De hecho, muchos diputados no terminaban de ubicarse en el salón de plenos del Senado y al ser llamados a la votación el presidente, Jesús Posada, tuvo que emplazarlos expresamente a ocupar los sitios libres. "Hay sitio para todos, como en los funerales", les dijo.