La entidad franco-belga anuncia, un día después de que Moody's amenazara con rebajar su rating, que finalmente se dividirá en dos partes y venderá la parte saneada antes de que acabe el año. Así, segregará su negocio en dos partes: un banco malo, que podría estar avalado por Francia y Bélgica, y otro bueno, que pretende vender antes de finales de año.

Todo, después de que la crisis de deuda y la posibilidad de una quita del 50% de la deuda griega, hayan puesto a la entidad al borde de la asfixia. El consejo de administración de Dexia se reunía este lunes de urgencia para estudiar las diferentes opciones.