Francisco González confiesa que BBVA podría entrar en el banco malo

La situación económica en Europa y España ha dominado gran parte del discurso del presidente de BBVA. Francisco González ha señalado que se están dando pasos muy relevantes para superar los problemas de diseño y ejecución de la Unión Europea. En concreto, se ha referido a “una hoja de ruta creíble e irreversible” hacia una mayor integración fiscal, financiera y económica.

El presidente de BBVA ha resaltado que el camino es lento pero supone una gran oportunidad para configurar una nueva Europa. A su juicio, “la firmeza con la que el Banco Central Europeo (BCE) acaba de respaldar de forma ilimitada la estabilidad de los mercados financieros del euro marca el principio del fin de esta crisis”.
Asimismo, ha defendido que los acontecimientos recientes demuestran que “los que están apostando en contra de Europa y del euro se equivocan”.

También se ha mostrado positivo en cuanto a España, por ser un país muy solvente, con gran potencial económico y por el amplio respaldo con el que cuenta el Gobierno. Francisco González opina que “este Gobierno ha hecho mucho en poco tiempo, combinando austeridad fiscal y reformas para el crecimiento”.

Sin embargo, ante la pregunta de si el banco que dirige está interesado en tomar participaciones en el banco malo, González ha reconocido que será difícil que, en un primer momento, entren inversores extranjeros, y ha dejado entender que los bancos sanos tendrán que hacer lo que se necesita "por el bien del país".

En adelante, “tenemos ante nosotros la oportunidad de construir una nueva España, económicamente mucho más potente y sostenible. Es nuestra oportunidad de recuperar el lugar que a España le corresponde”, ha añadido.

A continuación, el presidente de BBVA ha reflexionado sobre el momento por el que pasa el sistema financiero español. Francisco González ha apuntado que está dominado por entidades sólidas, pues la gran mayoría de las necesidades de capital recae en una parte menor del sistema. Por ello, considera importante diferenciar entre las entidades y que desaparezcan las que no son viables.

Su diagnóstico sobre el origen de la crisis incluye deficiencias de regulación y supervisión en el sistema, así como comportamientos imprudentes o fraudulentos en muchas de las antiguas cajas de ahorro. “Cuando una compañía se gestiona con criterios no empresariales, esquemas de gobierno corporativo frágiles y sistemas de control defectuosos, se pagan las consecuencias”, ha señalado.  En su opinión, “para impedir que esto vuelva a suceder, es necesario explicar al pueblo español lo que ha pasado y dirimir todas las responsabilidades, sin excepciones”, así como más principios y ética en los negocios.