En sus 25 años de andadura en el sector tecnológico, la norteamericana Sandisk no ha parado de invertir en la investigación y el desarrollo de nuevas soluciones de almacenamiento de datos. El último hito en la gama de productos de Sandisk lo suponen sus nuevos dispositivos de memoria: los discos SSD o Solid State Drive, que permiten un acceso a los datos mucho más rápido, un menor consumo de energía y un funcionamiento más silencioso que el de los discos duros ópticos convencionales. “El SSD es el disco del futuro, el que va a sustituir a esos discos ópticos”, asegura Christophe Rocca, portavoz de la marca en nuestro país.

“La gran diferencia reside en que el disco duro óptico está compuesto por piezas móviles, con un funcionamiento parecido al de un tocadiscos, en el que la aguja se desplaza para buscar la información. Los sólidos, en cambio, están basados en memoria flash, que es mucho más rápida”. Rocca destaca que este nuevo sistema de almacenamiento está teniendo una “gran aceptación” en el mercado, tanto a nivel de empresas como en los consumidores finales, aunque subraya que otros dispositivos, como las memorias USB, siguen siendo objeto de inversión por parte de la compañía y de gran interés para los usuarios.