90 periodistas asesinados en 2012, el peor año para la libertad de prensa desde 1995

La presidenta de RSF-España, Malén Aznárez, dio a conocer este jueves las principales conclusiones del informe correspondiente al pasado año, en el que además de los 90 periodistas y los 48 internautas asesinados se ha encarcelado a casi 300 informadores y otro gran número de ellos se han visto obligados a exiliarse de sus países y han sido perseguidos y atacados.

Siria y Somalia, con 19 y 18 periodistas asesinados, respectivamente, encabezan los países con más periodistas asesinados. Turquía, por su parte, se convirtió en la mayor cárcel del mundo para periodistas, con 72 recluidos y decenas de juicios en curso.

Según el informe, Vietnam vivió una fuerte escalada de represión a blogueros e internautas, con largas y "durísimas" penas de cárcel, en algunos casos sólo por comentarios publicados en redes sociales.

Asimismo, la decena de informadores asesinados en Brasil, de los que al menos la mitad tienen probada relación con el ejercicio de la profesión periodística, pusieron a este país emergente a la cabeza de violaciones de la libertad de prensa en el continente americano.

Aznárez atribuyó estos negativos datos a que los periodistas se han convertido en un objetivo claro para dictadores, terroristas, guerrillas y contraguerrillas, y muchos países han tomado medidas represivas contra ellos al darse cuenta de la información en tiempo real que pueden ofrecer estos profesionales a través de Internet sobre sucesos incómodos para ellos.

El acto de presentación del 'Informe anual 2012 de la libertad de información' contó con el testimonio de Nedim Sener, periodista de investigación del diario turco 'Milliyet', encarcelado durante varios meses a lo largo de 2011 y 2012 tras ser acusado de pertenecer a Ergenekon, una trama golpista a la que precisamente siempre ha criticado en sus artículos.

Un segundo testimonio correspondió a Epiphanie Ndekerumukobwa, viuda del periodista ruandés Jean-Léonard Rugambage, asesinado en 2010 por sus investigaciones sobre el intento de asesinato del general también ruandés Kayumba Nyamwasa, exiliado en África del Sur.

En esas investigaciones periodísticas desvelaba la implicación del jefe de los servicios de inteligencia de Kigali, Emmanuel Ndahiro.