En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se negó de manera reiterada a hablar de Bárcenas con el argumento habitual de que este es un asunto del partido y que todas las explicaciones deben darse en la sede nacional de la madrileña calle Génova.

Sáenz de Santamaría se remitió una y otra vez a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, dado que considera que tiene que ser ella con el resto del partido quien responda todas las dudas sobre Bárcenas.

Adujo que el Gobierno no es quien para hablar de "las relaciones laborales entre un particular y un partido", por lo que esquivó todas las cuestiones sobre por qué el PP mantuvo contratado hasta hace pocas semanas a Bárcenas y ocultó este detalle.

Sáenz de Santamaría alegó que "el Gobierno no puede contar datos laborables de nadie", aunque el PP sostuviera al principio que Bárcenas ya no tenía relación con el partido y luego admitiese que le estuvo pagando hasta diciembre de 2012, aunque ahora se ha sabido que en realidad fue hasta el 31 de enero.

La vicepresidenta y portavoz del Gobierno tampoco atendió las preguntas de los periodistas cuando se interesaronpor las consecuencias expresas que este asunto está teniendo en la credibilidad y la imagen del Gobierno.

"¿Está chantajeando el señor Bárcenas al Gobierno?", se le llegó a preguntar sin éxito, dado que Sáenz de Santamaría volvió a remitirse a lo "dicho antes" a pesar de que no había aclarado nada sobre esta cuestión.

Sáenz de Santamaría volvió a delegar las explicaciones en el PP cuando se le preguntó si Mariano Rajoy pensaba presentar una denuncia personal contra Bárcenas por los papeles en los que supuestamente tenía anotada la contabilidad oculta del partido.

Aseguró que el PP ya había informado sobre ese aspecto pero cuando la prensa le recriminó que no había sido así, puso cara de sorpresa y dio marcha atrás. "Pues entonces yo no les puedo informar sobre ese punto", remachó.