López se 'inmola' para que la mancha de Ponferrada no se extienda a Rubalcaba

López compareció en rueda de prensa después de la reunión de la Permanente de la Comisión Ejecutiva del PSOE, centrada en explicar lo sucedido en Ponferrada, donde el alcalde, Samuel Folgueral, ha abandonado el partido para preservar la Alcaldía tras obtenerla en una moción de censura respaldada por Álvarez, condenado por acoso en el 'caso Nevenka'.

Expuso lo que considera "la historia de un error" del que se responsabilizó en primera persona y "que hemos rectificado" porque Álvarez, efectivamente, ha dejado la política, y los concejales socialistas que impulsaron la moción han abandonado el PSOE.

Relató que hace unas semanas los compañeros de la Agrupación de Ponferrada le informaron de su intención de presentar una moción de censura cuyos objetivos eran garantizar un gobierno municipal estable a la ciudad y "desplazar" a un alcalde con "sombras de duda sobre su gestión".

La condición "inexcusable" que puso fue no gobernar en ningún caso con Ismael Álvarez, que tendría que abandonar la política. "Reconozco que, personalmente, me cegó la posibilidad de sacar a Ismael Álvarez de la política", repitió en varias ocasiones.

Por ello puso su cargo a disposición de la dirección del partido, y agradeció expresamente el respaldo de sus miembros para seguir al frente de la Secretaría de Organización.

López reconoció que esa moción de censura "nunca gustó" a la vicesecretaria general, Elena Valenciano, ni a la secretaria de Igualdad, Purificación Causapié, pero destacó que "cada uno tiene sus responsabilidades" y fue él quien la autorizó como responsable de Organización.

En ese proceso, explicó, el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, solo conocía "la generalidad" de la operación, pero cuando tuvo conocimiento "de los pormenores" no dudó en "rectificar" y exigir al alcalde que renunciara a la Alcaldía o al partido.

Dado el escaso margen de maniobra de un partido para privar a un alcalde de un acta que es nominal y no de la formación, la otra alternativa posible era que abandonara el partido, que es lo que ha sucedido y con ello la dirección federal considera "corregido" el error.

Negó, en todo caso, que fuera la presión social y las críticas a esa operación durante todo el día lo que llevara a la dirección del PSOE a recitificar su postura inicial.

La dirección acordó, tras lo sucedido en Ponferrada, "revisar la toma de decisiones" en este tipo de asuntos, porque muchas veces tiene que resolver Organización "a la carrera" por una llamada de teléfono "un domingo a las nueve de la noche", y en esas condiciones se pueden "cometer errores".

En todo caso, Óscar López desvinculó este caso de la discrepancia entre el PSOE y el PSC y de la desobediencia de los socialistas gallegos, que pretenden consultar a los militantes sobre la elección de su secretario general.

Aseguró que son asuntos que nada tienen que ver unos con otros y que el secretario general sigue contando con el respaldo del partido, por el que fue elegido hace poco más de un año.

López aseguró que acepta las críticas pero no las del PP, porque ese partido ha gobernado durante años con Ismael Álvarez "bien a gusto" y el PSOE cuando ha tenido la opción de hacerlo ha dicho no.