Ciclón hispano

 

Desde hace varios años, el deporte español es sinónimo de victoria, y ayer quedó patente de nuevo. El vendaval hispano se desató en el Palau Sant Jordi y arrasó por completo a la legión danesa. Ni el mejor jugador del mundo, ni el máximo goleador del torneo fueron capaces de amilanar a los chicos de Valero Rivera en su partido más importante. La selección española fue superior a Dinamarca los 60 minutos de encuentro, y como resultado, título mundial y la mayor diferencia en el marcador de una final: 35 – 19.

 

De esta forma, España se convierte en bicampeón del mundo. Hace 8 años tocábamos el cielo por primera vez, en Túnez ante Grecia, y ayer, ante un rival mucho más complicado, sobrepasamos los límites y el juego del primer mundial. El inicio fue muy bueno, casi perfecto, pero los segundos 30 minutos fueron para enmarcar.

 

Además, por si el juego de los hispanos se pudiera quedar corto apareció la figura de Arpad Sterbik. El guardameta de la selección española realizó grandes paradas, y demostró que no tiene rival en la portería. Por otra parte, no hay mejor forma de despedir a Alberto Entrerrios, quien deja la selección tras levantar su segundo título mundial.