Su tenis no se olvida

 

223 días después del último partido que disputaba en Wimbledon frente al polaco Lukas Rosol, Rafa Nadal volvía a disputar un partido de individuales. El escenario, el perfecto. La tierra batida de Viña del Mar, una temperatura más que agradable y un rival incómodo para coger sensaciones.

 

Sensaciones que al comienzo del partido no fueron nada buenas para el manacorí. Su rival, el argentino Delbonis y zurdo como Rafa, empezó rompiendo el servicio de Nadal y colocando el 2-0 en el marcador. A partir de ese momento, el tenis del siete veces ganador de Roland Garros fue carburando poco a poco y dejando detalles con el drive. Eso sí, el mayor pero del juego de Nadal fue el elevado número de errores no forzados que hizo con su revés.

 

Delbonis, que veía como Rafa empezaba a entonarse en el choque, empezó a desesperarse y a soltar el brazo para acabar los puntos por la vía rápida. Y precisamente si hay un tenista que se mueve bien por esos derroteros es Nadal, aguantando embestidas en el fondo de la pista y contrarrestando con sus famosos ‘bananas shot’. Por la vía rápida y tras 1 hora y 25 minutos, Nadal derrotaba al joven argentino por 6-3 y 6-2. Su rival será español, o bien Daniel Gimeno Traver o el catalán Albert Montañés