22.000 ciudadanos con superávit

Nueve de cada diez Administraciones Públicas incumple la Ley de Morosidad, 1 de cada 5 autónomos echa el cierre por culpa de los impagos, y 1 de cada 4 parados nuevos tiene su origen en esta desidia colectiva.

 

Pero es falso que esto es lo que hay, que es la crisis, y que nos toca aguantar y tragar. Un municipio que nunca se las ha dado de revolucionario ni perroflauta, está empeñado en dejar con las vergüenzas al aire a los gestores habituales de la cosa pública. Y lo está consiguiendo. Un municipio de algo más de 22.000 habitantes censados, próximo a la Sierra madrileña y regido por una asociación de vecinos que decidió dar el paso de representar a su gente.

Si vieron ustedes el último episodio de Salvados saben que les hablo de Torrelodones. Si no, sepan que les hablo de un Ayuntamiento que cierra el ejercicio con superávit, que se ha puesto al día en el pago a sus proveedores y que de un plumazo se ha cargado a todo el personal de confianza. Aplicó el siguiente principio: si tenemos personal funcionario suficiente, adelante; y si no, se convocan plazas. Porque el Ayuntamiento, dicen, es de todos. Y no de su alcaldesa.