Arcos, flechas y recaudadores

Frente al arco y las flechas que podamos disparar los expulsados de la dignidad, los otros arqueros, los de las arcas, los recaudadores, se mueven cada vez de forma más acelerada en un baile en el que solo ellos ponen la música. Y además, para colmo, no saben ni cantar.

El Gobierno está ensimismado en el no me quiere, sí me quiere, no me quiere, sí me quiere, de los impuestos. Se sabe que en parte no los sube por el daño que eso genera sobre su imagen, prueba más que irrefutable de que en el sofisma democrático no importa el bien común, sino el buen parecer. Su gran ventaja es que como esa democracia es sofista, no importa cuán democrática sea, sino cuán democrática se argumente. Como Venezuela. Como Cuba.

También se sabe que no pocos dirigentes están por dar la razón a quienes llevan años chillando que austeridad y recortes no significan recuperación, sino hundimiento. A lo que ahora sumamos que las recetas que nos han ensartado por vía urgente y certificada proceden de archivos de Excel con las fórmulas mal hechas. Lo que quiere decir que ni uno solo de los que toma decisiones sabe revisar una mísera hoja de cálculo. La culpa, como siempre les digo, es nuestra por dejar que sigan en esos puestos. Ustedes mismos.

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