Baile empresarial

Entre las que han optado por esperar hasta hoy, pues empresas como Repsol, Telefónica, IAG o Técnicas Reunidas… Pero también vamos a tener encima de la mesa los números de Bankia. La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri, para la que se esperan unos números rojos bastante abultados. Hasta 20.000 millones se espera que pueda presentar, después de que el banco haya ajustado la valoración de todas sus participadas. Un ejercicio de realismo, previo a la recapitalización de la entidad, y con el que se espera se puedan empezar a obtener beneficios desde este mismo 2013.

Como ven se presenta una jornada apasionante para aquellos a los que les guste o les interese conocer las cuentas de las principales compañías del país, y también para aquellos inversores que quieran aprovechar el impacto que puedan tener en su cotización en el mercado. Además  habrá que ver muchas cosas hoy en esos números. Por ejemplo. El impacto que pueda tener para Repsol haber perdido en 2012 YPF. Conocer si Telefónica recupera abonados en España con la última estrategia puesta en marcha, o las pérdidas operativas que acumula Iberia en el holding de IAG, quien por cierto, ya cuenta con la autorización de la CNMV para lanzar su OPA sobre Vueling a un precio de 7 euros por acción. Un visto bueno que llegaba ayer a última hora de la tarde.

La atención la centrarán, por lo tanto, a primera hora de la mañana los resultados empresariales. Pero durante la jornada tendremos que estar pendientes de la inestabilidad del mercado, a ver si poco a poco se dejan atrás las inseguridades italianas. Ayer los alcistas se imponían a los bajistas, pero todavía no se puede cantar victoria. Es más, Alemania ha salido esta noche a la palestra, en boca de su ministro de Economía, Wolfgang Schauble, para recordar varias cosas. La primera es que la situación de Italia es contagiosa,  y podría trasladarse a otros países de Europa. La segunda: que no hay vuelta atrás en la política de austeridad para la periferia de Europa, y que cambiar el rumbo –como ha pedido otra vez HOllande- sería un desastre para la economía. Así que como ven, la polémica vuelve a estar servida, porque cadea vez hay más voces en Europa que reclaman un cambio de estrategia.