Benditas palabras de Draghi

Lo vimos en Europa, después en Estados Unidos y ahora en Asia. Y todo después de que Mario Draghi se enfundara el traje de Super Mario y anunciara que tiene un gran instrumento para apoyar a la moneda única. El problema está en que cuando uno presume de tamaño, es posible que en un primer momento amedrente a sus acosadores, pero llega un  punto en el que de tanto presumir, al final o lo usas o no te creen.

Y eso es, precisamente lo que le pide el Banco de Japón. Le reclaman a Draghi que se deje de tonterías y empiece a utilizar ese instrumento que tiene bajo la manga para apoyar al Euro. Vamos, le viene a reclamar menos palbras y más hechos para ganar credibilidad. Y precisamente de eso en Europa tenemos poco y en España mucho menos. En buena parte motivado por los políticos que tenemos. Ya les dije ayer que después de ver las comparecencias de Rato, Salgado, Gayoso y Serra en el Congreso para explicar lo ocurrido en el sistema financiero, nos íbamos a quedar tal como estábamos. Y desgraciadamente les gané el café. Porque todos ellos utilizaron el mismo argumento: “pío, pío, que yo no he sido”. La culpa es de la situación, del regulador, del Ministerio, del equipo de Gobierno de las entidades, pero en ningún caso se ha hecho autocrítica.

Nadie es responsable. Nadie sabía nada o si lo sabía –como en el caso de Narcís Serra- no podía hacer nada, dijo, porque no tenía poderes Ejecutivos. Así que estamos como estábamos. Con un sistema financiero que requiero de, al menos, 62.000 millones de euros, y sin saber qué es lo que ha sucedido para que en tres años hayamos pasado del sistema financiero más sólido del mundo al sistema financiero con menor credibilidad del mundo.