Que se busquen las habichuelas

Yo, por lo pronto, les pido un favor que a la vez es consejo. Si alguno de los que me lee conoce técnicas de evasión fiscal, siempre dentro de la ley, que se las dé a este Arquero Público, que tiene poco de arquero de arca y lo que le dejan de arquero de flechas. Y ese es el consejo: si pueden, esquilmen hasta el último céntimo de unos impuestos en los que, por ser buen pagador, solo les van a agradecer dentro de unos meses o unos años con nuevas cargas.

Los impuestos tienen mi parabién cuando es para fomentar los bienes y servicios públicos. Asumido ya que se entregan hasta las joyas de la Sanidad y la Educación, no a quien los necesita, sino a quien pueda mercadear con ellos, es la hora de negar el pan y la sal a quienes han demostrado ignorancia en el mejor de los casos, y cleptocracia en el peor, en los últimos años de gestión pública. En Bruselas, en Chipre o en Madrid. Al enemigo, ni agua. Que se busquen las habichuelas, como hacemos el resto.

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