El chalé de ZP, calderilla

Porque se dedica a lo mismo que Aznar, a pronunciar conferencias aquí y acullá, pero no va de salvapatrias por los mundos. Y si va, entonces no se le oye. Por eso, o es tonto por desaprovechar las salvas que se le conceden a cualquier ex presidente, o ha determinado que ya ha tenido suficientes raciones.

 

Dicen que no se vuelve a su León natal porque sus hijas, a caballo entre la adolescencia y la juventud, le han cantado aquello de Ismael Serrano, lo de “Papá cuéntame otra vez” lo de abandonar Madrid, que nosotras nos quedamos aquí con nuestra gente. Como haría, nunca mejor dicho, todo hijo de vecino. Y a José Luis, que el traje de hombre de hierro siempre le ha quedado grande, se le habrá ablandado el corazón Podrá fallarle al populacho, pero a sus hijas no.

Se van a vivir a unas de esas urbanizaciones de lujo que muchos de nosotros no veremos ni en pintura, por más años que curremos y nos dejemos la piel pagando el diezmo legalizado de Hacienda y la Seguridad Social. El chalé de marras ronda los 800.000 euros, que a razón de 140 mil brutos al año como ex presidente y consejero de Estado ya se pueden pagar en cómodos plazos. Calderilla, al lado de la corrupción de muchos que hoy gobiernan, de uno y otro color.