¿Claveles o guillotinas?

Hablamos de una corporación que, entre otras, aglutina actividades en la industria del motor y los medios de comunicación. Como toda corporación, esta también tiene una empresa madre, y ahí es donde encontramos a P.S., el protagonista de nuestra historia, que en 2011 ocupaba el cargo de director de Calidad e I+D. Nuestro personaje llevaba 33 años al servicio de esa corporación, lo que hace pensar que no destacó por ser un empleado conflictivo. Pero, cosas de la crisis, en 2011 fue puesto de patitas en la calle.

 

Puso en marcha su propia empresa, pero el shock psicológico y el bache emocional fueron mayores que su voluntad de seguir plantando batalla día a día. Su ánimo expiró el pasado 5 de enero, y no les insisto en la parte dolorosa del asunto porque hoy más que nunca conviene mirar al futuro con aire valiente y desafiante. Sí les diré que los mismos medios de comunicación que en su día publicaban entrevistas a nuestro protagonista, hoy han optado por silenciar su memoria. Cada cual escribe la historia, y su propia reputación, como le viene en gana.

Déjenme que me pregunte cuánto dolor y cuánto silencio  más hace falta para que reaccionemos. A lo portugués con los claveles o a lo parisién con las guillotinas, pero con confianza en nuestro propio destino.