Corto de miras, largo de lengua

Pero vamos, visto que lo tenemos al borde de la lágrima fácil y compulsiva, mamá en el colegio me pegan y esas cosas, le voy a explicar al ministro la diferencia entre la teoría y la práctica. Como Coco en Barrio Sésamo.

A ver, Luisito mío. La teoría. La sabemos todos. Si se abarata el despido, eso que ustedes llaman flexibilización del mercado laboral, los empresarios tienen menos miedo a contratar porque si el currito sale rana, puerta, calle y chimpún. Que se lo dice uno que hace empresa, o sea que sí, que en parte es así. Pero claro, esa es la teoría.

Le cuento yo ahora la práctica. La práctica es que si mientras tanto su ministerio gemelo, el de Hacienda, asfixia al empresario con pagos trimestrales sobre facturas impagadas, impuestos del 42% si sumamos IRPF e IVA, y tenemos rigideces que no tienen que ver con el despido sino con sistemas caducos como las 40 horas semanales, para lo único que sirve su reforma laboral es para que las empresas que no les cunde puedan ejecutar despidos a mansalva. Que si no lo sabía, malo, por corto de miras. Y si lo sabía, peor, por largo de lengua. Así que usted decida.