Cuentas pendientes

Cuando uno mira a su alrededor se da cuenta de que Díaz Ferrán es uno más de una larga lista de personajes públicos que tienen cuentas pendientes con la justicia, desde una posición –o habiendo ocupado una posición- desde la que deberían ser ejemplo para toda una sociedad.

 

Un expresidentes de la CEOE detenido; alcaldes que dimiten temporalmente tras ser acusados de corrupción en sus Ayuntamientos, políticos que se ven obligados a dejar sus cargos ante delitos de prevaricación; sindicalistas de rolex en la muñeca que se reparten el dinero de todos para representar a los trabajadores. Grandes empresas con cuentas en paraísos fiscales, ¿con factura o sin IVA? Es una parte de la realidad de este país, que además ha visto en 2011 cómo el cohecho y el tráfico de influencias ha crecido un 40%. ¿Por la efectividad de la acción policial? Seguramente, pero no deja de ser llamativo que año tras año se consigan detectar más y más casos.

Son algunos ejemplos de la sociedad económica en la que vivimos. Una sociedad en la que nos escandalizamos a golpe de titular, y en la que nos relajamos a golpe de noticia de efecto. ¿Alguien se acuerda ya de los desahucios? Una sociedad donde la pena y la ley de telediario están a la orden del día. Todo sea por los votos y el bienestar de los demás. Total, mientras no me toque a mí no hay ningún problema. Pero esto no dejan de ser síntomas claros e la catarsis que necesita la sociedad española. Necesitamos cambiar económicamente, políticamente, pero también necesitamos replantearnos el modelo social que queremos para los próximos años. Una sociedad donde el criterio económico y el todo vale es lo que prima, o una sociedad donde la persona y la libertad del individuo es lo que prima. Una sociedad con valores, o una sociedad de telediario, gran hermano, charanga y pandereta, y en la que hasta el más tonto hace relojes.