Las delicias de los novatos

Una de las pocas (poquísimas) delicias que nos quedan en nuestras democracias occidentales, devaluadas por descafeinadas, son los patinazos comunicativos de los gobiernos nuevos, pongamos que durante los dos primeros años de mandato. Y son especialmente sabrosas cuando el torpe en cuestión, además de haberse pasado por alto todos los manuales de lo políticamente correcto, tiene más razón que un santo. Aunque no deba decirlo. Pero lo dice.

Ayer nuestros chicos del Dúo Dinámico de La Moncloa, Montoro y De Guindos, De Guindos y Montoro, tanto monta, monta tanto, Economía como Hacienda, estaban de promoción y se marcaron un dos por uno. Muy propio en fechas de crisis, cual pack familiar en el estante del supermercado.

A don Cristóbal se le notó que querría haberse mordido la lengua justo después de afirmar que con todo lo que le debemos a Europa y al resto del mundo, o pagamos,  o nos van a hacer el ajuste. Lo dijo con voz de colega del bar, sobrio pero del bar, y con cara de vía rectal. Así que luego añadió aquello de que no se refería a rescate, sino a ajuste. Pero todos le entendimos. Lo de don Luis fue más seco: vino a decir que Grecia es un grano en el culo. Y aunque no lo dijo, casi todo el mundo piensa lo mismo: con zombies no se baila, pues te pueden morder, e infectarte. Hoy o mañana les veremos a ambos matizando sus palabras. Pero ha sido una delicia.