Amanecemos de nuevo mirando a los mercados y a la subasta del Tesoro que se celebra hoy. Hasta 2.500 millones en bonos con vencimiento en 2015 y 2016, en un momento clave para la deuda española. La prima de riesgo está en los 482 puntos básicos, después de que ayer sumarse los 500. Las alarmas están disparadas, y ya son muchas las voces que reclaman al Banco Central Europeo –y con razón- que actúe como lo que es, y comience a aplicar medidas que calmen a los inversores.

Más que nada porque a tipos del 6.2% como en los que está el bono a 10 años, resulta complicado financiarse mucho tiempo. Por eso se requieren acciones mayores, que responden a una política monetaria mucho más amplia de la que se lleva a cabo desde Frankfurt en este momento. España está cumpliendo. Hace los deberes y, por lo tanto, ahora necesita el apoyo de sus socios Europeos. De nada valdrá la austeridad y los recortes si no nos llega el dinero que necesitamos para ir pagando las facturas.

El acoso a España se ha recrudecido tras los acontecimientos en Grecia, que parece abocada a dejar Europa más tarde o más temprano. Italia también se ve acosada, y los diferenciales de todo el continente han subido en los últimos días. ¿Está dispuesta la Unión Europea a poner en riesgo el proyecto monetario? Ellos sabrán hasta donde quieren llegar, pero uno no puede exigir, y no dar nada a cambio.