Primero era Hollande, el presidente galo que llegaba con la vitola de ser quien iba a convencer a la Merkel de que había que poner estímulos, y tras un primer encuentro, nos encontramos con que se suma a la causa de la austeridad. Luego tenemos el caso del FMI –que dice una cosa y la contraria- y ahora está el caso de Jean Claude Juncker.

El presidente del Eurogrupo se marcha ya, y lo ha hecho armando ruido y pidiendo a su sucesor que luche por relajar un poco la política de austeridad que se han marcado los 17. Especialmente, dice, porque nadie ha medido correctamente el impacto que éstas pueden tener en países como España, donde el paro está en sus horas más altas. Gran consejo para el que venga después, pero oiga, ya podía haberlo dicho antes, ¿no les parece? Más que nada, porque nuestro país ya está inmerso de lleno en reformas y políticas de austeridad que están llevando al desempleo a cotas que jamás habíamos conocido…

Pero como no creo que la política europea vaya a cambiar, si no más bien todo lo contrario, mucho me temo que vamos a tener ración doble en los próximos meses. Especialmente tras escuchar a Mario Draghi, quien dice ver ya algunos datos positivos, tener controlada la inflación, pero que echa en falta un mayor ritmo en la aplicación de las reformas. Vamos, que cree que hay que meter una marcha más para que esto empiece a remontar. No sé quién tendrá razón. Si Juncker advirtiendo de los riesgos o Draghi con la austeridad, lo que sí puedo decirles es que el déficit de Grecia en 2012 fue del 8.2%, dos décimas menos de lo previsto. Todo un aviso para navegantes, sobre todo para el equipo de Rajoy, que como se descuide va a ver cómo Grecia hace antes los deberes que nosotros.