El doble, Zapatero. El doble

Miren que a mí el hombre no me cae especialmente mal. Pero que venga casi tres años después a contarnos que él salvó a España al decirle a Ángela Merkel que no a un rescate de 50.000 millones, es para correrle a gorrazos hasta su León natal, ida y vuelta, dos veces. De esas cosas se presume en el acto, como han hecho las huestes de Rajoy, o te lo callas y te lo llevas a la tumba. Decirlo ahora, además de ser un delirio de grandeza, es aceptar que en el pasado se ocultó información estratégica y relevante. Lo dicho: carne de presidio.

Con todo y eso, lo que más me inquieta no es que la cohorte de políticos, periodistas y otras clases ilustradas le rían la gracieta a José Luis, sino que en medio de la falta generalizada de memoria y espíritu crítico, sus sucesores van a lograr pasar de puntillas como que ellos tampoco pidieron el rescate. Que casi lo han conseguido y se van a ir de rositas presumiendo de que a España no la rescató ni el Tato. Mentira. Lo hizo Bruselas, y lo hizo firmando un cheque de 100.000 millones, el doble de lo que presume ahora Zapatero de haberse negado a aceptar.