Economía y competitividad

Hasta ahora, en los rótulos ministeriales se habían empleado conceptos que, de forma genérica, se refieren a áreas de trabajo o ámbitos de parcelas políticas de actuación.. Sanidad, Igualdad, Investigación, Agricultura, Comercio,…… Pero todos  son términos genéricos  cuyos efectos se miden en el aumento del bienestar general, en la eliminación de injusticias o en la consecución de mejoras y prestaciones sociales.
Pero el término de competitividad alcanza otro significado.  Además de su efecto en los mercados, la competitividad  del país es cuantificable y le hará ocupar un orden de determinado ranking. Siempre será con respecto a algo. Su valor tiene una tremenda importancia y su influencia es decisiva para la medición del resto de los valores económicos .La Real Academia Española define el término competitividad  como capacidad de competir y como rivalidad en la consecución de algo.   Capacidad y rivalidad que puede traducirse como eficacia en la producción y venta de bienes y servicios pero al  menor coste posible. También por la creación de estímulos generadores de riqueza.

Según el Indice de Competitividad Global (2011-2012), que publica anualmente el Foro Económico Mundial (Foro de Davos), España se encuentra en el puesto 36 de una clasificación  de 142 países encabezada por Suiza. Como referencias, Estados Unidos ocupa el 5º y Alemania el 6º lugar. Para su elaboración, se manejan doce variables, que a su vez, recogen datos  tales como infraestructuras, innovación, factores educativos, y características de los mercados.

Por otra parte el Informe elaborado por el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional  llamado Doing Business  ( Hacer negocios), califica a España con el nº 44, sobre 183 paises en cuanto a la facilidad para hacer negocios. Los  primeros puestos lo ocupan Singapor y Hong Kong. Esta calificación se basa en una compleja elaboración que tiene en cuenta gran cantidad de factores..El informe, con fecha 2012, actualiza los datos a fecha 1 de Junio de 2011.

Así pues , está justificado resaltar el  término Competitividad . Elevarlo a la entidad de cartera y  potenciar su valor , mejorando los componentes de productividad y , por tanto, su influencia en los costes y  precios.. Pero aquí,  y referido a la productividad,  si que hay que hacer pequeño ejercicio de reflexión  A las reformas pendientes de carácter general hay que incorporar dosis de voluntad personal. Se precisa algún rearme humano que, como dijo hace poco el presidente de Mercadona, cambie “la cultura del maná por la del esfuerzo”.

Dicho esto con todos los respetos a los millones de personas competentes que, desde las listas del paro, no pueden contribuir con su esfuerzo a mejorar la competitividad.