English First

A ver si nos entendemos rápido que tenemos poco tiempo y muchas palabras, nunca mejor dicho. Me parece muy bien que los altos cargos del Gobierno se paguen una ronda de clases presenciales en inglés. Y no me importa que tripliquen el presupuesto hasta los 685.000 euros, aunque el Gobierno diga que no hay dinero, porque ustedes y yo sabemos que es mentira y que dinero, para estas prebendas y más de un favor, siempre ha habido y siempre habrá.

Ahora bien, téngase en cuenta que a cualquier universitario con dos másters que aspire a un puesto en la mediocracia del Bienestar se le exige, de premio, al menos dos idiomas. Y que para la mayoría el aprendizaje pasa por pelarse los bolsillos durante unos cuantos meses en el extranjero. Para ellos, y para sus familias, el desembolso mínimo ronda los 4.000 euros, entre manutención, viajes y estancia. Y hablo del mínimo.

Conociéndonos como nos conocemos el tren de vida que llevan quienes dicen representarnos y sus adlátares, podrían dar ejemplo, renunciar a sus clases particulares a puerta cerrada y aprender como cualquier hijo de vecino. Y destinar esos 685.000 euros para becas en estudios, que a razón de mil por barba, ya da para 685 jóvenes que además de hablar inglés fluido, podrían ser el día de mañana el repuesto necesario de nuestras administraciones públicas. Do you know what I’m saying, folks?