De la España de charanga y pandereta

Ya sé que está de moda decir que somos un país de charanga y pandereta, y que todo lo que hacemos lo hacemos mal. Pero que quieren que les diga, en un momento como el que estamos en el que el acceso al crédito está cerrado para el país, enviar al exterior la imagen de que sólo nos preocupan las fiestas y los toros es preocupante.

Se lo digo por dos noticias que he leído esta mañana que resulta ciertamente sorprendentes. Resulta que en el pueblo cacereño de Guijo de Galisteo y sus dos pedanías, al Alcalde le sobraban 15.000 euritos para las fiestas del verano, y decidió someter a referéndum qué hacer con el dinero. ¿Toros o contratar personal eventual para la época estival? Se pueden imaginar cuál fue el resultado. Sí. Correcto. Dinero para los toros.

La otra noticia es relativa al Ayuntamiento de Collado Villalba en Madrid. Su Alcalde ha rebajado el presupuesto de fiestas hasta los 200.000 euros, así que ha decidido que para no dejar sin fiestas a la ciudadanía, lo mejor es crear una empresa pública que se ocupe de la organización de los festejos. Vamos, creamos un ente que asuma las deudas y que no nos compute como déficit. Ya saben eso de que hecha le Ley, hecha la trampa.

Entiendo que alguno de ustedes pueda preguntarme si lo que insinúo es que hay que acabar con las fiestas patronales. Más bien al contrario. Creo que hay que racionalizarlas. ¿Realmente se necesitan cuatro días de festejos? A lo mejor con la mitad es más que suficiente. O hacer cuatro días de forma más modesta.

Pero lo que más preocupa de todas estas noticias es la falta de conciencia que tenemos sobre lo que ocurre en el país. Que un Alcalde esté pensando en “externalizar” las fiestas, con todo lo que ello conlleva –piense mal y acertará- demuestra una irresponsabilidad absoluta. Máxime cuando hablamos de un  Consistorio que tiene una deuda de 125 millones de euros. Y no nos vale ya la herencia recibida, ya que lleva 1 año en el cargo.

También es llamativo que un municipio opte por las corridas de toros, en lugar de ayudar a llevar a cabo alguna contratación durante el verano. ¿Ésta es la conciencia social que tenemos? ¿Así creemos que podemos salir de la crisis? ¿Son más importantes los toros que ayudar a que una o dos personas puedan trabajar durante algunos meses?

Realmente se necesita un cambio de actitud, tal y como decía ayer el presidente de Mercadona, Juan Roig. “O cambiamos de actitud o nos intervienen”, clamaba. Y se trata de eso exactamente. De modificar nuestra forma de pensar. De entender que no hay dinero, y que no se puede sacar de debajo de las piedras. De entender que toca apretar los dientes y ponerse a trabajar. Si antes eran 8 horas, ahora serán 12. Y que el sueldo será el mismo o menos.

No queda otra. No sé si los hombres de negro de Montoro llegarán a Madrid o no.  ¡Ojalá que no! Pero les puedo garantizar que si se instalan en la Castellana, la que se nos viene encima será mucho peor. ¿Creen ustedes que la troika va a mirar por las fiestas patronales? ¿Por mantener las pensiones? ¿La sanidad pública? ¿Las carreteras sin peaje? ¿14 pagas anuales? Si lo creen, hagan el favor de llamarme porque son ustedes unos verdaderos optimistas.