Jornada de impass en los mercados europeos, en la que las principales bolsas del Viejo Continente van a estar cerradas por la celebración de este Lunes de Pascua. Será, por tanto, un día de relax para la economía española en el complicado tablero de ajedrez que emplean los inversores internacionales. Sin embargo, y con la prima de riesgo por encima de los 400 puntos básicos, España no debe mirarse el ombligo complaciente a la espera de que lleguen tiempos mejores.

En estos momentos nuestra economía es el ‘pim pam pum’ de los especuladores internacionales. Y también, por qué no decirlo, de buena parte de los profetas económicos –cuyos intereses también habría que mirar-. Sin embargo, son las reglas de juego que hemos aceptado y, por tanto, hay que cumplirlas. Por ahora parece que el Gobierno está dispuesto a cumplir con su parte del trato para reducir el déficit. Sin embargo, nuestros “socios de viaje” miran con desconfianza a la parte más débil de nuestra economía: las Comunidades Autónomas.

Son ellas, las Autonomías, las que ponen en jaque ahora mismo la solvencia de  España. Y no es para menos. Los ademanes nacionalistas que llegan desde Cataluña y País Vasco amenazando con la insurrección a los presupuestos, los planes de gasto social en Andalucía que planea Griñán para contentar a Izquierda  Unida a cambio de la poltrona, y el escaso interés por perder poder de los barones populares, siembran dudas a escala internacional.

Esa es la otra partida de ajedrez que tiene entre manos el Gobierno de Rajoy, y de momento parece que el poder autonómico le ha comido buena parte de los peones y los alfiles. Así que habrá que ver cómo se defiende el Ejecutivo sin tener que proteger a su Rey con el enroque.