Europa, entre la austeridad y los estímulos

Se modera, por tanto el comportamiento de los precios en el gigante asiático, mientras que en Europa se sigue luchando por mantener  unos precios moderados que no superen el 2%,  y se debate al mismo tiempo sobre las ventajas o no de tener una inflación baja con una tasa de desempleo cada vez más elevada.

Debate intelectual, casi ideológico, como el que se mantiene en Europa entre austeridad o estimular la economía. Las tesis de la Alemania de Merkel, o las tesis de los países del Sur que reclaman una y otra vez estímulos para sus economías. El último en hacerlo, una vez más, Mariano Rajoy, que ahora pide cambios urgentes en el Banco Central Europeo para que tenga un comportamiento más parecido al de la Reserva Federal que al del actual BCE cuya ideología pasa –casi como doctrina- por mantener el nivel inflacionista.

Y hoy también estamos ante una jornada muy especial para Europa. Los liberales lloran la muerte de la que hasta ahora era su cabeza más destacada, Margaret Thatcher.

La Dama de Hierro fallecía en la jornada de ayer, y será recordada por haber conseguido convertir Reino  Unido en buena parte de lo que hoy es: una verdadera potencia económica con un sistema moderno. Consiguió sacar adelante a un país con desempleo desbocado, un sector público hipertrofiado y una política impositiva cada vez más elevada, y convertirlo en un Estado con reguladores independientes, incentivador de inversiones y con una economía cada vez más sólida, así como con unas renovadas relaciones entre patronal y sindicatos. ¿Les suena? Justo lo que se pide ahora en España y el Sur de Europa. No quiere decir esto que haya que seguir al pie de la letra su modelo, pues presenta carencias  y problemas, pero al menos, el modelo Thatcher puede servir a más de uno y de dos para tomar nota de lo que supone poner patas arriba un Estado, revolucionarlo, y convertirlo en una de las primeras potencias del mundo.