Nueva fotografía del sector financiero

Un reto complicado el que tienen por delante sus gestores, ya que el contexto económico no ayuda precisamente, pero una vez que  ya se conocen cuáles son las condiciones, todavía quedan varios retos por delante que van a hacer que tengamos que hablar –y mucho- de todo el sistema financiero.

 

Para empezar de los despidos. Miles de personas van a abandonar sus puestos de trabajo, y tendremos que ver en qué condiciones lo hacen, ya que la intención inicial era que se aplicaran las condiciones de la reforma laboral. Después hay que ver lo que sucede con los propietarios de deuda subordinada y preferentes. Van a padecer un canje por acciones, y una quita de entre el 14% y el 60%. Es decir, que van a perder dinero invertido en unos productos que, en muchos casos, es más que dudoso que se les debiera haber vendido. Así que tendremos que esperar a ver lo que dicen los afectados, que prometen dar guerra con este asunto en las próximas semanas.

Nos queda por conocer también el resultado de la gestión del banco malo, a quien el próximo día 1, las nacionalizadas tendrán que traspasar todos sus activos tóxicos. Y por último, se presenta el problema de qué hacer con las Cajas. Ya saben que con la transformación en bancos, éstas han quedado como accionistas, algo que no termina de convencer en el Ejecutivo. Queda por ver, por lo tanto, si se convierten en fundaciones o qué pasa con ellas, sin olvidar, uno de sus objetivos fundacionales: la obra social, que esperemos no quede en el olvido.

En definitiva, que nos quedan muchos retos por delante todavía en los próximos meses. Todo ello con el objetivo de conseguir devolver credibilidad al sistema financiero. Lo que no está tan claro, y ése es el problema, es que vaya a servir para devolver a corto plazo el crédito a empresas y familias.  Y ahí es donde el Gobierno tiene todavía mucho que hacer si quiere reactivar la economía española.