¿“Guerra de divisas”? O un futuro renovado para el billete verde?

Hasta cierto punto, la Reserva Federal de los Estados Unidos ha logrado revertir la apreciación del dólar estadounidense, el cual se disparó apenas sucedido el colapso de Lehman Brothers. De todas maneras, el dólar se mantiene por encima de niveles pre-crisis. Lo que es más importante aún es que, a pesar de su fortalecimiento generalizado, la balanza comercial estadounidense ha mejorado considerablemente.

Paradójicamente el único banco central que ha logrado “devaluar” su tipo de cambio desde el estallido de la crisis, es el Banco de Inglaterra. Sin embargo la balanza comercial del Reino Unido se ha deteriorado significativamente a pesar de la depreciación de su divisa frente al billete verde y la moneda comunitaria.

La actual “guerra de divisas” aún no ha sido dañina

Tras el gran efecto que hubo sobre la demanda agregada, es más apropiado analizar directamente las variables asociadas al gasto, como por ejemplo, el ingreso directo, y no tanto la variación en el precio. Me parece que la mejora de la balanza comercial estadounidense es el resultado de una menor demanda y no tanto de una depreciación del tipo de cambio (no existente).

De hecho, la reducción del déficit comercial estadounidense ha pasado de mano en mano con un incremento substancial en los niveles de ahorro doméstico.En otras palabras, los estadounidenses han sido obligados a entrar en un proceso de des-apalancamiento, en donde el consumo interno se redujo y la balanza comercial mejoró. De todos modos en Estados Unidos el crecimiento del consumo interno nunca llegó a contraerse permanentemente dado que la Reserva Federal logró hacer frente a las amenazas deflacionarias. Una política monetaria más restrictiva hubiera inducido a un incremento en la tasa de ahorro e inclusive podría haber llevado la balanza comercial a territorio positivo.

Si bien el dólar podría haberse depreciado bastante más de lo que lo ha hecho, no hubiera beneficiado a sus socios comerciales. El punto clave en la actual política monetaria heterodoxa es, de hecho, que no ha dañado el comercio global ni la producción. Tras el colapso provocado por la crisis financiera de 2008, tanto el comercio global como la producción lograron recuperarse de las pérdidas provocadas por la misma en los dos años posteriores. Actualmente los volúmenes de comercio global y producción están un 10% por encima de los niveles pre-crisis. Este es un claro contraste con las consecuencias de la crisis financiera de 1929, cuando al comercio y producción global le llevó mucho tiempo recuperarse.

Regreso del billete verde

A corto plazo podemos llegar a constatar una mayor demanda por monedas de altos rendimientos, como el euro. Esto sería así en caso que la economía global lograra verdaderamente recuperarse. De todos modos en algún punto, la reversión de la caída de largo plazo de la tasa de ahorro debería beneficiar al billete verde frente a las monedas de los socios comerciales de las principales “economías avanzadas” (quienes no lograrán incrementar sus ahorros al mismo nivel). Asimismo el dólar comenzará una apreciación de largo plazo frente a otras divisas “majors”.

Luciano Jannelli
Chief Economist
MIG Bank