La innovación y los emprendedores deben ser el motor de Europa

El 16 de Noviembre pudimos disfrutar en España de una conferencia organizada por la fundación Rafael del Pino y el Massachusetts Institute of Technology. El MIT aparte de una de las mejores Escuelas de Negocios es una referencia mundial en Nuevas Tecnologías e innovación.

Los cuatro profesores que participaban en mesa redonda eran  David Schmittlein decano profesor de Marketing, William Aulet profesor de Entrepreneurship, S.P. Kothari catedrático y profesor de Management y Stewart Myers, catedrático y profesor de Dirección Financiera. Este último es el coautor de “Principles of Corporate Finance” que es el libro de texto usado en todas las escuelas de Negocios del mundo que realizan programas MBAs en los últimos 20 años. Es el libro de cabecera de muchos financieros y en mi caso el que tengo siempre cerca de mi mesa.

El punto de partida de la conferencia fue que la crisis en Europa es consecuencia de la falta de voluntad política y de los errores en las elecciones de inversión que han hecho los gobiernos.

La primera idea de las que expusieron es el análisis de cada país de Europa como si fueran una división de negocio de un gran grupo multinacional. Italia sería una división con problemas de liquidez pero con una Cuenta de Resultados muy sólida. En cambio Grecia sería una división con problemas de liquidez y con una Cuenta de Resultados muy débil.

Para arreglar un país/división de negocio en problemas detallaron tres opciones posibles: 1) provocar el concurso de acreedores y sanearlo, 2)  dedicar dinero y recursos humanos a darle la vuelta y 3) dedicar la mitad del dinero de necesita y la mitad de esfuerzo humano. A su entender, esta opción es la peor y es el camino que Europa parece haber tomado.

En el capítulo de las soluciones lanzaron algunas ideas y hechos muy interesantes para el nuevo gobierno que venga en España. De los 40 millones de empleos creados en EEUU en las dos últimas décadas todos lo fueron por empresas que tenían menos de 5 años de vida. Es decir facilitar y financiar a emprendedores es más rentable en términos de empleo que las subvenciones a una gran empresa multinacional madura.

Como última observación de los profesores, está el uso del fracaso como motor de aprendizaje. Sólo usando las conclusiones del fracaso con inteligencia se aprende lo que hay que hacer en el largo plazo. En España está muy extendida la idea de que un empresario que haya caído en la bancarrota no tiene credibilidad social y no puede presidir ningún organismo. Esta cultura, limita las posibilidades de éxito al convertir a los emprendedores que han tenido cualquier traspiés en apestados sociales. No hace falta mencionar las dificultades que tiene un  empresario para conseguir financiación después de un concurso de acreedores.

Como conclusión, los Europeos tenemos que redefinir nuestro modelo de negocio y dado nuestro coste salarial hay que hacerlo basado en la innovación por parte de emprendedores jóvenes y la capacidad de exportación.

Guillermo Canosa Castillo

Economista, MBA Manchester Business School