Dónde irán estas ratas

Creo que pocas verdades como ese sarcasmo dan tanto en el clavo acerca de ese espíritu nacional tan nuestro, esa idiosincrasia tan española de que aquí no dimite nadie, pase lo que pase. Aunque eso no es exactamente así: a Zapatero se le fueron ministros, o se les obligó a irse, por mucho menos de la que está cayendo ahora; si alguien recuerda a Manuel Pimentel, aquel fue un ejemplo de un hasta luego con dignidad, cuando la etapa de Aznar. Y con todo, a González le pusieron hasta cuatro ministros del Interior en apenas diez días.

Pero el espíritu de la idiosincrasia patria es como las bacterias con los antibióticos: que a la que te despistas, se refuerzan y a ver quién les chita y las pone a circular. Como es de cajón que este Gobierno no va a durar todo su mandato, diga lo que diga su señor presidente, lo que realmente me pregunto es cómo se salvarán todas las ratas que ahora están histéricas en la defensa de su líder mientras el barco se va a pique. Eso, y que cuando convoquen elecciones y ganen los mismos, quien nos estudie en el futuro nos pondrá de tontos para arriba. Y nos lo tenemos ganado.