Bienvenidos a un miércoles 11 de julio en el que vamos a conocer los recortes que va a aplicar el Gobierno, en el que podríamos hablar de las exigencias de Bruselas,  o en el que podríamos centrarnos en la marcha negra que se avecina sobre Madrid en cuestión de horas. Pero que quieren que les diga, cuando uno lee que 7 de cada 10 jóvenes españoles está dispuesto a marcharse de España a trabajar donde sea y de lo que sea, se para a pensar sobre el rumbo que empieza a tomar esta sociedad.

Los efectos de la crisis económica están provocando que haya toda una generación de futuros expatriados ante la imposibilidad de vislumbrar un futuro claro en España. Algo que no es de extrañar a tenor de los datos de desempleo que tenemos, y más después de ver que según la  OCDE el paro podría convertise en algo crónico. Por poner algún dato: en 2007 el 19% de los jóvenes estaba en paro, hoy el 52%. De ahí que quiera reflexionar con ustedes sobre el modelo social que tenemos, hacia donde nos dirigimos, en una sociedad y en una economía que trabajan de forma desnortada por cuadrar las cuentas públicas, pero que olvidan a quienes deben pagar las pensiones y los servicios del futuro.

La lacra y el problema de España está en el paro, lo demás es importante, pero secundario. Si no tomamos las medidas necesarias para volver a crear empleo de forma urgente, nos podemos afanar en poner bonitas las cuentas públicas, en ahorrar, en cambiar el modelo de Seguridad Social, las pensiones, los contratos, que no servirá de nada si no tenemos jóvenes que quieran trabajar en España.