Larga travesía por el desierto

En este nuevo documento, que hoy tendrá que ser ratificado por el Parlamento, se intenta proteger a los pequeños ahorradores, y se imponen quitas a los grandes depósitos, accionistas y tenedores de deuda senior, aunque todavía están por definir. Además se contempla también la liquidación total del segundo mayor banco del país, así como duras condiciones para que el país deje de ser un paraíso fiscal en el seno de la  Unión Europea.

Por ahora los mercados parecen reaccionar al alza, aunque habrá que esperar a que abra Europa para comprobar realmente el sentimiento de los inversores y si, como decía ayer el ministro Luis de Guindos, se ha conseguido evitar el efecto contagio. Hay acuerdo, sí, pero veremos a qué precio, pues no parece que esta nueva modalidad de rescate vaya a evitar la larga travesía en el desierto que están padeciendo el resto de países que están sometidos a la ayuda europea. Recesión, empobrecimiento, y aumento del desempleo.

Esto último ya no importa tanto a los mandamases de Bruselas. Ya saben que nos regimos por ese extraño principio de que hay unas clases dirigentes que saben lo que nos conviene, y aunque el común de los mortales no entiende lo que hacen, ellos saben que es lo mejor para los demás. O como diría Gallardón, a veces gobernar es infligir dolor a tus gobernados. Dolor o no. Miseria o no, lo que está claro es que la crisis de Chipre ha abierto una brecha en la imagen del Eurogrupo en particular, y de la Eurozona en general, que será difícilmente curable. Nadie entiende el acuerdo de hace una semana, en el que se imponían quitas a los pequeños ahorradores, y nadie entiende que el rescate de un país que supone del 0,2% del PIB de la eurozona, haya puesto en jaque la supervivencia de la divisa.

Y lo que es peor, el que se haya visto a nuestros políticos haciendo malabarismos para asegurar –como ya nos tienen acostumbrados- una cosa y la contraria al mismo tiempo sobre los depósitos de los pequeño ahorradores.