¿Quién la tiene más larga?

Eso mismo me pregunto yo. ¿Quién la tiene más larga? (La fortaleza de presionar, se entiende). ¿Será más larga la de Mariano Rajoy? que el domingo decía que Europa ha cedido a las presiones del Gobierno sobre el rescate a Europa. O por el contrario… ¿Será más larga la de Durao Barroso? que ahora dice en el Financial Times que él ha sido quien ha conseguido presionar a España para que se rindiera a sus encantos y aceptara el rescate por el bien de Europa.

Si les digo la verdad, me da bastante igual. Y lo que es peor. Me temo que a los ciudadanos españoles y europeos les pasa exactamente lo mismo. El españolito de a pie, el griego de turno, el alemán que pasaba por la puerta, no tiene ningún tipo de interés en saber quién ha sido el que ha presionado. Es más, me atrevería a decir que ni siquiera se lo ha planteado. Y, en caso de que lo haga, pensará que ha sido Alemania la que ha utilizado sus armas de mujer.

Toda esta demostración de testosterona pública, lo  único que manifiesta es la bajeza moral de nuestros líderes políticos. El desconocimiento sistemático de la realidad, y de lo que realmente preocupa a sus gobernados. Por supuesto, no pienso ni siquiera en que sean capaces de ponerse en la piel de lo que están viviendo los griegos, portugueses, irlandeses o los casi seis millones de parados de este país.

La gente de la calle sólo sabe que se van a dar 100.000 millones a los bancos, y que en Grecia con el rescate están a punto de volver a padecer hambruna. El ciudadano de a pie lo único que conoce es que no llega a fin de mes, y que su mejor amigo lleva más de un año en el paro. El resto, les da igual. Lo único que quieren y que piden son soluciones.

Visto lo visto no es de extrañar que la separación de la clase política respecto a la ciudadanía sea cada vez mayor. Advertencias tienen muchas. Ahora sólo queda que se den cuenta de una vez si no quieren que la mecha del conflicto social se prenda más pronto que tarde.