Hay jugadores más habituales que otros pero sabes que detrás, en el banquillo hay otros que en cualquier momento pueden dar el relevo y pueden realizar un excelente trabajo sobre el campo.

El trabajo, el esfuerzo, el tesón, el elegir bien a la gente, la colaboración, el sentido de equipo comenzaron a dar sus frutos. Parece que siempre fuimos país de individualidades.

Y hoy, ¿podemos aprender algo de ella y aplicarlo a nuestro modelo de país?

Cuando contemplo de forma individual a cada jugador vestido con la camiseta nacional, los recuerdo con las camisetas de sus equipos y acuden a mi memoria algunas de las broncas habidas en los campos de futbol español durante el torneo liguero o de la Copa del Rey entre los diversos equipos que hoy aportan jugadores a la selección nacional de fútbol.

Recuerdo las polémicas habidas, las declaraciones de algunos entrenadores, los incidentes en el campo, las ruedas de prensa y la algarabía periodística que muchas veces jugaba al ¡y tú más! dependiendo de la simpatía que se tuviera por unos u otros colores.

Recuerdo a los líderes/entrenadores de esos equipos hablando en público y diciendo cosas propias pero demasiadas veces cosas del otro (unas veces de forma evidente y otras veces de forma más sibilina).

Recuerdo a las aficiones manifestando su rechazo al rival casi con más empuje que la propia alegría por los éxitos obtenidos y te preguntabas, como muchos otros, ¿cuándo se va a parar esto?

Llegado un momento más de uno, y especialmente el seleccionador, manifestaron su inquietud por como todo eso podía afectar al equipo de la selección nacional. Una inquietud que muchos españoles también teníamos.

Pues bien, a pesar de todo eso ¿Qué es lo que tenemos a día de hoy?

Un equipo conjuntado y que sabe hacer maravillas sobre el césped. Los mismos que durante la liga han vestido otras camisetas y las han defendido a muerte e incluso, entre los que ahora, juegan ha habido momentos de elevada tensión y hasta de juego peligroso.

Un líder/entrenador por encima de ellos que ha sabido estar por encima de los líderes (entrenadores) de la liga y ha sabido cohesionar, de nuevo, un equipo. Una persona que ha puesto un objetivo al que enfocar la proa del barco, hacer ver que ese objetivo es más importante, ahora, que las posibles visiones individuales y de equipo liguero, y que en eso hay que dejarse el pellejo. Y los jugadores así lo están entendiendo.

Trabajo, esfuerzo, sacrificio, tesón, saber hacer, saber colaborar, renunciar al éxito personal pensando en el colectivo, renunciar a las diferencias pensando en lo que une, servir al otro, etc. Creo que están siendo todo un ejemplo.

¿Sería esto aplicable a la realidad que como país estamos viviendo?
¿Sería posible construir un equipo que se fijara en los objetivos comunes y no en los particulares?
¿Tenemos un líder por encima de los líderes capaz de aunar y orientar la proa hacia el objetivo?

Creo que como nación podemos llegar a ser unos buenos jugadores capaces de asumir sacrificios si alguien nos dice la verdad, pero sospecho que estamos teniendo malos entrenadores de equipo, desgraciadamente carecemos ahora de un seleccionador nacional (hubo un tiempo en que era capaz de concitar, pero me temo que hoy ya no) y es posible que todas nuestras virtudes como jugadores se estén perdiendo y desaprovechando.

No tengo duda de que somos capaces de trabajar duro, esforzarnos, sacrificarnos, tener tesón, saber hacer, saber colaborar, renunciar al éxito personal pensando en el colectivo, renunciar a las diferencias pensando en lo que une, servir al otro, etc.

Lo que me temo es que no haya nadie capaz de levantar esa bandera. Pero no pierdo la esperanza. Aunque no ganen la Eurocopa (y creo que lo harán) nos están dando una extraordinaria lección.