MAFO: ¿generosidad o ego?

 

La que, se presupone, ha sido la última comparecencia pública de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, MAFO, como gobernador del Banco de España, sólo puede ser interpretada en dos claves, y nada más que esas dos: una, un ataque de ego sin precedentes; dos, todo lo contrario, una cesión de soberanía personal a favor de esa gran comunidad, sin sorna lo de comunidad, llamada España, sea laica y republicana, o una, grande y libre.

Analicemos si no. Por un lado, reiteró una y otra vez que si pudiera hablar, lo haría; pero que el Gobierno le ha pedido silencio y que las circunstancias no aconsejan tirar de la manta. Si pesa más la orden de los jefazos, el argumento no se sostiene porque el menda abandona el cargo, ergo nadie puede decidir sobre su espacio de soberanía personal. En ese caso, se confirma el ataque de ego. En el caso contrario, todo lo opuesto: un señor ataque de generosidad.

 

Por otra parte, aseguró que la máxima de la independencia es que un Gobierno no interfiera con la soberanía de los organismos reguladores. Pero también sugirió que era acertado el intervencionismo cuando las cosas están tan disparadas como ahora. ¿Quiere eso decir que los reguladores son pantomimas sólo viables para las épocas doradas? Si es así, de nuevo, ataque de ego. Si es prudencia y sabiduría, ataque de generosidad. Decidan ustedes: generosidad o ego. No cabe el término medio. Esta vez no.