No es rescate, es sinvergonzonería

 

Comprenderán que hoy no haya más tema que el monotema. Comprenderán la cara de parvos que se nos queda a los que hemos dicho por activa y por pasiva que habría rescate y que lo veríamos más pronto que tarde, cuando todos los que lo negaron dicen de pronto que ellos también lo sabían. Comprenderán el mosqueo de saber, de forma verídica y fehaciente, que los dos principales partidos políticos de este país mintieron, y lo hicieron a sabiendas.

Comprenderán que quien les habla se enorgullezca de ser calvo, porque ya no me pueden tomar el pelo cuando me aseguran que no habrá condiciones que afecten al respetable. Faltaría más, las condiciones son todas las que nos han caído hasta la fecha con ese engañabobos léxico denominado reformas. Comprenderán también mi estupefacción ante un Gobierno que ha tenido más prisa en fabricar la neolengua que en explicar lo que ha pasado y lo que nos queda por pasar.

 

Comprenderán, espero, mi enorme indignación con unos gestores públicos que desmienten su brillante currículum académico matando moscas a cañonazos y parcheando. Comprenderán mi animadversión hacia ex asesores del partido gobernante, que ahora dirigen periódicos y manipulan con total impunidad. Comprenderán que dé la razón a Pérez-Reverte cuando dice que nuestra desgracia histórica ha sido, es y será la recua de prebostes que cuidan de la patria.