Así no, ministro

En especial si miramos a dos partidas concretas: prestaciones sociales y tipos de interés que, ahora mismo, son las únicas que suben en los gastos del Estado mes a mes. De ahí que el Ejecutivo haya optado por la vía catastrofista de los últimos meses,  y empezar a alertar de que si no empieza la recuperación de ingresos pronto, no habrá dinero para prestaciones sociales.

 

Alarmas, luces rojas encendidas. Sin embargo el Gobierno no puede quedarse de brazos cruzados. El sí alemán ha dado un poco de aire a la prima de riesgo, por lo que se gana tiempo para decidir si se pide el rescate o no. Se solicite o no, que parece va a ser que sí para que las telarañas no campen a sus anchas por las Cajas del Estado, el Ejecutivo tiene que acelerar el ritmo reformista. Su objetivo debe ser reducir el déficit, es cierto, pero también buscar la manera de impulsar la iniciativa empresarial.

Si logramos que las empresas tengan financiacón –algo complicado si tenemos en cuenta que en un año los bancos han reducido el crédito en 37.000 millones- y que vuelvan a contratar estaremos garantizando el futuro de nuestros pensionistas. En definitiva, que la mejor política social que podría hacer ahora mismo el Gobierno, es conseguir reducir las cifras del paro a toda costa, para que el número de cotizantes aumente, y no haya tan sólo 2 personas por cada perceptor de una prestación.

Luis De Guindos anunciaba ayer medidas para apoyar a emprendedores. Ahora es el momento de la verdad. De ponerlas en marcha, y no de que se queden en el tintero como la famosa Ley de Emprendedores que nunca llega. Y desde luego, todo esfuerzo será en balde si las Administraciones no cumplen de una vez por todas. Todavía deben dinero del famoso Plan de Pago a Proveedores, y ahora en lugar de tener el contador a cero, las confederaciones empresariales empiezan a avisar de que las Autonomías han vuelto a las andadas. Así no, ministro. Así no.