Mas no será el Moisés catalán

 

Si Artur Mas sigue en sus trece de plantear una legislatura que termine con un referendum independentista, tendrá que pactar con ERC. Una alianza que presenta dos grandes problemas: el primero es que Esquerra puede canibalizar por completo en la singladura de la independencia a  CiU. El segundo será la cuestión económica. ¿Puede Artur Mas pactar unos presupuestos con un partido que ha criticado duramente las medidas que ha venido aplicando? ¿O es que piensa hacer lo contrario de lo que ha venido haciendo hasta el momento? No olvidemos, que ERC fue una de las formaciones del tripartito que, en su momento, elevaron exponencialmente la deuda y el gasto catalán. Vamos, que prácticamente sería como mezclar el agua y el aceite. Ahora bien, también hay que tener en cuenta que las opciones independentistas logran 87 diputados, 1 más que hace dos años, y se quedan muy lejos de lo que pensaba Artur Mas.

Hay una segunda vía que, parece, es por la que apuesta buena parte del empresariado catalán… Y es la de convencer a Mas de rebajar el tono independentista, buscar apoyos puntuales en ERC, PSC y PP, e intentar negociar con Mariano Rajoy un nuevo Pacto Fiscal para Cataluña. Un acuerdo financiero más parecido a los acuerdos forales de Navarra y País Vasco, que permitan a Cataluña tener la llave de la caja, y asumir determinados impuestos que, hasta el momento, tiene vetados por completo.

Período de indefición, por tanto, en un Parlamento que está –una vez más- muy fragmentado y en el que el PSC se deja 8 escaños por el camino, que permiten a Ciudadanos duplicar sus escaños… También el PP consigue aumentar un diputado, confirmándose como cuarta fuerza más votada, mientras que ICV también se erige como otro de los ganadores al lograr más votos que en 2010… Y ojo a la entrada del CUP, de origen municipal, que se estrena con 3 diputados en el Parlamento catalán…