Que no se trata de ninguna recuperación

Al margen de que me suena a episodio ya vivido, y me permito recordarles que la primera vez que se usó la expresión brotes verdes fue en la primavera del año 2009, me da la sensación de que los mismos que hablan de recuperación son los menos capacitados para cacarearla de forma tan compulsiva. Primero, porque por mucho que ahora digan que sí, que la vieron, la doble recesión de los últimos años les pilló con los deberes sin hacer y la acomodación a la rueda perfecta de la especulación. Segundo, y esto es más grave, porque no han entendido un pijo de lo que nos ha pasado.

Hablar de recuperación como si hubiéramos pasado un constipado algo más prolongado de lo habitual es situarse a tantos años luz de la realidad que, quien lo haga, queda automáticamente descartado para ulteriores análisis. Lo que hemos padecido y seguimos padeciendo no es un frenazo económico tradicional, sino una falta de adecuación entre los viejos valores y un cambio radical y profundo del sistema. Y mientras no hablemos ese idioma en común, seguiremos en bancarrota.